La entrevista a Mario Pecheny (representante de las Ciencias Sociales y Humanidades en el Directorio del CONICET) que verán a continuación fue realizada por Clara Kriger en los primeros días de julio de 2023, cuando todavía no estaban tan presentes los discursos de odio que se descargaron sobre el CONICET, las universidades y la Educación Pública.
Parece ocioso explicar en pleno siglo XXI que todos los países tienen la necesidad de producir conocimientos científicos para su desarrollo y para contribuir al bienestar de su población. A quién se le puede ocurrir cuestionar a nuestros premios Nobel, a nuestro desarrollo en Vaca Muerta, a los satélites que ponemos en órbita, a las innovaciones en antropología forense, a las vacunas de las que nos abastecemos y tantísimas otras producciones que nos llegan gracias a las investigaciones científicas para posibilitarnos acumular recursos, redistribuirlos y así conseguir una mejor calidad de vida.
En el marco de las investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales se ve muy claramente la necesidad de que existan organismos públicos que estimulen y divulguen conocimientos que, en muchos casos, no parecen interesantes para el mercado porque no prometen resultados rentables. ¿Qué pasaría con el estudio de las manifestaciones culturales si lo dejamos en manos del mercado? Parece una pregunta retórica, ya que sabemos que para el mercado no son de interés las inquietudes y puestas en valor de la identidad de los pueblos, de las nuevas subjetividades, o de las otredades disidentes.
Dada la coyuntura esta entrevista se constituye en uno de los caminos que emprende AsAECA en la defensa del CONICET, la Universidad y la Educación Pública. Nos proponemos plantear cuan necesario es contar con los científicos reconocidos internacionalmente que forman parte del CONICET para desarrollarnos en la Argentina, como asimismo de estudiantes, becarios, investigadores en formación y personal de apoyo, como también proyectos y financiamiento de reuniones científicas.
Por otro lado, queremos hacer notar nuestro repudio hacia los discursos que no valoran la tarea que hacen las universidades públicas en la construcción de ciudadanía.