Convocatoria para el próximo dossier de Revista En la otra isla

Publicado en Novedades el 22 mayo, 2025

Revista En la otra isla invita a participar del dossier de su próximo número: La transición del cine silente al sonoro en América Latina, coordinado por Diana Paladino (IAE/FILO-UBA) y Sonia Sasiain (IAE/FILO-UBA).

Hasta el 30 de junio se reciben resúmenes de 200 palabras y, una vez aceptados, los artículos deberán ser aceptados hasta el 10 de diciembre. Por envíos y consultas comunicarse a [email protected]

Compartimos el dossier de la convocatoria:

Desde el Kinetófono, inventado por Thomas A. Edison y Laurie Dickson a fines del siglo XIX, existieron numerosos intentos para unir el sonido con la imagen fílmica. Entre los más destacados estuvieron el Cinématorama de Auguste Barón (1899), el Chronophone de Gaumont (1911-1914) y el Phonofilm, pergeñado por Lee De Forest en 1923. No obstante, para comienzos de la década de 1930 todos los sistemas habían fracasado. En algunos casos se debió a que el mecanismo era complicado o muy costoso; en otros, a la distorsión con la que se reproducía el sonido o la desincronización entre sonido e imagen. Pero éstas no fueron las únicas razones por las que el cine sonoro tardó en implementarse.

En los años que siguieron a la Primera Guerra el cine se convirtió en un fenómeno de masas; se consolidó artística y comercialmente (aumentó el parque de salas, se afianzaron mercados y redes de distribución internacionales). De tal modo, pasar al sonoro ponía en riesgo a todo el sistema de producción, distribución y exhibición que los productores norteamericanos habían establecido y venían explotando en todo el mundo desde 1916. Hubo resistencias y tensiones. Finalmente, la adopción del cine sonoro se produjo cuando esos mismos productores decidieron liderar el cambio. Se trató de un proceso extremadamente complejo pero rápido, pues, como Hollywood dominaba el negocio, ningún país quiso (ni pudo) quedarse afuera, y para 1935 el sonido impreso en la película era la norma del cine mundial (Gomery, 1995:9).

No obstante, una cuestión fue la exhibición de películas estadounidenses y otra la producción de filmes sonoros en los respectivos países. En el caso de Latinoamérica, la realización de filmes sonoros respondió a las posibilidades técnicas, económicas, productivas y a la composición del mercado cinematográfico de cada país. Del mismo modo, y aunque la historiografía tradicional haya planteado el paso de un sistema a otro como parteaguas en la diacronía histórica del cine, investigaciones desarrolladas en los últimos años demuestran que existió un rico período de transición en el que se experimentaron numerosas variantes de sonorización hasta la institucionalización del sistema óptico.

Para este dossier se aceptarán artículos que estudien alguno de estos temas en las cinematografías latinoamericanas:

  • Estrategias desarrolladas por los productores y/o distribuidores -tales como los procesos de doblaje y de sincronización, subtitulados y reversiones de películas – para salvar las dificultades de comprensión del idioma.
  • Sistemas de sonido utilizados en la producción nacional de filmes durante la etapa del desarrollo del invento.
  • Convivencia entre distintos sistemas de sonido durante el periodo de transición.
  • Nuevas condiciones en el alquiler de películas por parte de los distribuidores.
  • Tensiones en el gremio cinematográfico durante la coyuntura de la incorporación del cine sonoro.
  • Abordaje(s) de la crítica cinematográfica respecto a las películas sonoras
  • Impacto del cine sonoro en los públicos.
  • Cambios estéticos que se producen al incorporar el sonido en las películas.

También serán contempladas otras propuestas que se ajusten a la temática de la transición del cine silente al sonoro en Latinoamérica.